Vivimos en una sociedad evidentemente CONSUMISTA.
Es muy difícil encontrar empresas, en la actualidad, que estén comprometidas con el consumismo y que, para ello, apliquen metodologías éticamente correctas que luchen contra el mismo.
En el día de hoy hemos vidualizado el documental "Sangre en tu móvil", una película acerca de nuestra responsabilidad en el conflicto armado en la República Democrática del Congo y la responsabilidad social de la Corporación.
En este documental podemos reflexionar sobre la conexión entre nuestros teléfonos y la guerra civil del Congo, ya que muchos de los componentes minerales de los teléfonos que se comercializan en nuestro países y en el resto de países occidentales poseen estos minerales que, en ocasiones, son extraídos de forma ilegal.
Concretamente, es el coltán el mineral que se emplea para la elaboración y fabricación de los smartphones que en la actualidad nos acompañan a diario. Y poco sabe la gente de su uso y extracción. Es por ello que es un documental que sensibiliza sobre la extracción del mismo, en uno de los países más conflictivos del mundo: el Congo.
En la actualidad, los teléfonos móviles nos acompañan en el día a día, y en ocasiones nos resulta imposible no ir acompañados de los mismos. La OBSOLESCENCIA PROGRAMADA hace que las grandes productoras de telefonía móvil planifiquen el fin de la vida útil de los mismos, para que sigamos consumiendo los mismos, pero... ¿es posible darles una segunda vida?
La respuesta es sí.
Normalmente, la obsolescencia programada u obsolescencia planificada tiene por función función es generar más ingresos debido a compras más frecuentes para generar relaciones de adicción, teniendo por objetivo objetivo de la obsolescencia no es crear productos de calidad, sino exclusivamente el lucro económico, no teniéndose en cuenta las necesidades de los consumidores, ni las repercusiones medioambientales en la producción y mucho menos las consecuencias que se generan desde el punto de vista de la acumulación de residuos y la contaminación que conllevan. Pero nosotros podemos cambiarlo.
Está en nuestra mano cuando, por ejemplo, decidimos cambiar de teléfono móvil cuando se nos rompe la pantalla del mismo, en lugar de reparar esta rotura. A su vez, tenemos que dejar de lado las modas que nos persiguen en el día a día por tener el móvil de última generación. Si tu teléfono móvil sigue funcionando, ¿para qué cambiarlo? En definitiva, tenemos que centrar nuestra mirada en la utilidad de los productos y no en la moda.
Concretamente, es el coltán el mineral que se emplea para la elaboración y fabricación de los smartphones que en la actualidad nos acompañan a diario. Y poco sabe la gente de su uso y extracción. Es por ello que es un documental que sensibiliza sobre la extracción del mismo, en uno de los países más conflictivos del mundo: el Congo.
REFLEXIÓN:
A modo de conclusión, y bajo mi punto de vista, pienso que es imposible lograr que las grandes industrias de teléfonos móviles reduzcan la explotación. A fin de cuestas, las empresas buscan la producción, y es por ello que el único medio para evitar formar parte de esta masacre, es reducir el uso del teléfono móvil.En la actualidad, los teléfonos móviles nos acompañan en el día a día, y en ocasiones nos resulta imposible no ir acompañados de los mismos. La OBSOLESCENCIA PROGRAMADA hace que las grandes productoras de telefonía móvil planifiquen el fin de la vida útil de los mismos, para que sigamos consumiendo los mismos, pero... ¿es posible darles una segunda vida?
La respuesta es sí.
Normalmente, la obsolescencia programada u obsolescencia planificada tiene por función función es generar más ingresos debido a compras más frecuentes para generar relaciones de adicción, teniendo por objetivo objetivo de la obsolescencia no es crear productos de calidad, sino exclusivamente el lucro económico, no teniéndose en cuenta las necesidades de los consumidores, ni las repercusiones medioambientales en la producción y mucho menos las consecuencias que se generan desde el punto de vista de la acumulación de residuos y la contaminación que conllevan. Pero nosotros podemos cambiarlo.
Está en nuestra mano cuando, por ejemplo, decidimos cambiar de teléfono móvil cuando se nos rompe la pantalla del mismo, en lugar de reparar esta rotura. A su vez, tenemos que dejar de lado las modas que nos persiguen en el día a día por tener el móvil de última generación. Si tu teléfono móvil sigue funcionando, ¿para qué cambiarlo? En definitiva, tenemos que centrar nuestra mirada en la utilidad de los productos y no en la moda.
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